miércoles, 24 de abril de 2013

Television en el Teatro Vorterix

    Stephen Malkmus acaba de grabar junto a un puñado de amigos su versión de “Eye Bamyasi”, el disco que Can grabara en 1972. Qué tiene que ver este dato con el show de Television anoche en el Teatro Vorterix? Mas allá de que basta escuchar “No more shoes”, en “Face the truth” (el disco de Malkmus de 2005) para comprobar el grado de influencia que tiene Verlaine sobre el fundador de Pavement (y que bien serviría como excusa para trazar infinidad de lineas que crucen discos y artistas); se m
e ocurrió citarlo porque aquel álbum de los alemanes acaso sea junto a “Marquee moon” uno de esos trabajos emblemáticos que a pesar de los años siguen estando un paso adelante de la mayoría de música que se edita por estos días.
    Entré al teatro cuando Sol Pereyra, la mexicana compañera de Julieta Venegas, estaba terminando su set. El público la despedía con un aplauso apenas respetuoso y yo, que ni siquiera sabía que había telonero, me fui a buscar algo de cerveza y procurar un lugar más o menos cómodo. Se preveía que el Vorterix iba a estar lleno, la ventilación del lugar es más que insuficiente, y la idea era colocarse a salvo de esos concurrentes que no hacen otra cosa que recorrer la pista entre la gente como si estuvieran en los pasillos de las combinaciones del subte. De esas dos pretensiones lo único que conseguí fue la cerveza.
    La expectativa era grande, Television acá (especialmente acá) es más una banda de culto que otra cosa, pero quienes sostenemos ese culto lo hacemos con absoluta devoción. Que haya que haber esperado tantos años para tenerlos frente a frente hizo que nos privemos del lujo de ver a Richard Lloyd sobre el escenario, pero considerando que el establecimiento de Jimmy Rip en el país fue lo que probablemente haya posibilitado esta chance, no había mucho para lamentar. Por otra parte el ladero de Verlaine tiene años trabajando a su lado, y el mismo lider de la banda resalta que la química entre ambos lo hace un digno ocupante del puesto.
    Abrieron el show con “Prove it”, con la voz de Verlaine un tanto baja (aspecto que se fue corrigiendo a lo largo del show) y a partir de allí redondearon un show inolvidable. En casi 40 años de carrera Televisión editó apenas tres discos; aún así la banda en vivo rinde culto a su pasado pero se muestra activa y vigente. Por eso además de citar a “Adventure” (1978), “Televisión” (1992) y desde ya “Marquee moon”(1977), pudimos escuchar temas de lo que alguna vez podrá llegar a ser su cuarto trabajo. Aunque a decir verdad, con Television sobre el escenario, el setlist es lo de menos. Cada tema es una excusa para el despliegue de dos guitarras que recorren estilos, juegan con los sonidos, dialogan entre efectos y construyen un clima que va del hipnotismo a la fascinación, pasando por la psicodelia, dejando rastros de virtuosismo y no abandonando jamás la impronta rockera que las moviliza.
    Television permite que entre su público pueda haber tantas remeras de los Stooges como de Robert Fripp, y que ninguno vaya a sentirse sapo de otro pozo. La voz nasal de Verlaine y por momentos su manera casi recitada de cantar, lo pone a mitad de camino entre Lou Reed y Johnny Lydon. Y aunque la poética intrincada de Verlaine es uno de los grandes atributos de Television, en vivo lo que prima es el sonido de un tandem de guitaras inigualable. No quiero desmerecer el trabajo de Fred Smith en el bajo, ni de Billy Ficca en la batería, pero a las cosas hay que decirlas como son, y el vuelo llega a fuerza de slides, “noise”, escalas enrevesadas y notas sostenidas en el espacio y el tiempo. “El rock es inconciencia, audacia, transgresión y muchas veces tambien es musica. Amigos el rock es muchas veces producto del azar o de algunos hechos fortuitos que hace que seres que serian incapaces de usar un abrelata lleguen al exito ” ha dicho alguna vez Peter Capusotto. Mas allá del chiste, pensaba que tal vez la primera parte de esa frase resultaba una buena definición para la música de Television, mientras descubría al mismísimo Capusotto (Diego, no Peter; su versión "seria" más cercana a la sección “y sus videos” del programa, que a los hilarantes personajes que compone) disfrutando del show en la parte alta del teatro.
    “1880 or so”, “The fire”, “Glory” fueron las encargadas de sumergirnos lentamente en clima mientras escuchábamos los sonidos que nos resultaban más reconocibles. En “Choppy chunga” el vecino Rip nos invitó a repetir el coro, en “Little Johnny jewel” dijo presente la versión más jazzera de la banda, mientras que “Venus” fue una especie de regalo entre tanto clásico ignorado anoche. El coreado y extenso “Marquee moon” (hay veces en donde ciertos acompañamientos del público restan más de lo que suman, hay guitarras que hablan por sí solas y esto no era, dicho con todo respeto, “Ji,ji,ji” muchachos) dio por terminado el concierto. Aunque hubo un regreso, y el cover de Count Five “Psychotic reaction” nos despidió de Television en una versión cruda y garagera. Nos quedamos un rato largo esperando por algo más, un tanto absortos por el descomunal show que habíamos presenciado y otro tanto porque guardábamos esperanzas de llevarnos algo más. Estábamos conformes sí, pero escuchar “Friction” no hubiese estado nada mal. O “Call Mr. Lee”, así yo citaba (como tenía pensado) al gran Arthur Lee y tendía un puente musical imaginario entre los '60 y los '70, pero no pudo ser.
    Me fui con la convicción de que será muy dificil que el año nos depare un show que pueda superar al de Television anoche en el Vorterix (así como creo que no será fácil encontrar un disco más lindo en 2013 que “The messenger” de Johnny Marr). Y me fui pensando además en el carácter atemporal del concierto, porque no es muy común que una banda clásica como Television, nacida en el CBGB en pleno corazón de Nueva York y de los '70, consiga no solo mostrarse actual, sino que todavía sea capaz de sonar innovadora. Un auténtico salto al pasado y al futuro al mismo tiempo. Ya en casa el cable me mostraba otra versión de los '70 en un viejo capítulo de “That 70's show”. No sé bien qué tendrá que ver esto con el concierto, pero Mila Kunis está más buena que un pan con manteca espolvoreado con Nesquik.

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