Mark Sandman es
irremplazable. Y nada, absolutamente nada de lo que disfrutamos
anoche en el Teatro ND Ateneo hubiese sido posible si alguna vez no
hubiéramos tenido en el mundo a un tipo con el talento de Mark
Sandman. Los músicos que anoche interpretaron sus composiciones lo
saben más que nadie, y su espíritu y su impronta no solo sobrevoló
cada uno de los tramos del concierto, sino que además es la que
signa de manera indeleble la carrera de los tipos que lo acompañaron
durante su trayectoria musical. Hecha esta introducción, empiezo
contando que después de algunos videos amateurs en internet y un
bootleg que conseguí por allí, las expectativas eran altas. Seguí
los pasos de Dana Colley a partir del desbande de Morphine, y sus
tres discos con Twinemen (nombre tomado del comic creado por
Sandman), en donde junto a Billy Conway sumaron a la cantante Laurie
Sargent, son una delicia. Y este nuevo proyecto, con el saxofonista
ya reencontrado con Jerome Deupree (baterista original de Morphine),
que incluye a Jeremy Lyons, y que comenzó como un tributo a Sandman
al cumplirse diez años de su muerte en 2009, cobró vida propia y se
transformó en “The ever expanding elastic waste band”. Un nombre
tan ambicioso como el proyecto, que en definitiva terminó quedando
como nombre del disco y la banda pasó a denominarse Members of
Morphine and Jeremy Lyons, ya que al trío se sumó Billy Conway (el
otro de los bateristas que pasaron por Morphine) para acompañar a
Deupree en la percusión.
Para agrado de todos los
que estábamos anoche en el ND Ateneo, la apertura del show fue a
puro Morphine con “Have a lucky day” y “Claire”, y en
realidad ese iba a ser el tono de todo el recital. Porque casi todo
el set list estuvo armado con canciones de aquella banda madre y que
era la que en definitiva nos convocaba. Los músicos rescatan la
atomósfera espesa de las composiciones originales de Sandman, pero
encaran el sonido desde otro lugar. Suenan como una versión
contenida de Morphine. Colley toca un saxo acústico pasado por un
amplificador de guitarra y eso, sin quitarle mugre al sonido, lo
vuelve más luminoso y hace lucir más el tinte jazzeros de sus
arreglos. Y Jeremy Lyons, excepto en sus propios temas cuando toca
guitarra y aporta su “delta blues”, toca el slide bass y canta
manteniendo (o imitando) el tono profundo de la voz de Sandman. La puesta fue
sencilla, la iluminación baja y sobre el escenario no hubo
despliegue físico alguno. La única curiosidad fue un haz de luz que
daba justo sobre Billy Conway, que llevaba puesta una camisa color
piel, y que le daba un toque espectral a su figura. Además la imagen
de Lyon, con boina y tiradores, parecía la de un diariero anunciando
los periódicos en plena crisis del '30.
En la continuidad del
show aparecieron “The other side” y “Sheila”, el primer
momento en donde la banda abandona su postura mesurada. Dana Colley
fue el encargado de tomar contacto con el público. Se mostró alegre
y jodón, recibió preguntas y sugerencias del público (You are
single? le gritaron con voz femenina desde el pullman, lo que provocó
uno de los momentos más hilarantes), recordó los shows de 1997 con
Morphine en Dr. Jeckyll, y nos puso al tanto que Jerome Deupree
cumplía años, lo que fue retribuído con el Happy birthday
correspondiente. Las versiones más medidas fueron las que
encontraron matices más finos en los arreglos, como “Let's take a
trip” o “French fries with peppers” más adelante, mientras que
temas como “Honney white”o “Thursday” los mostró
desenfrenados y con un público que embelesado, seguía con brazos y
piernas rítmicos cada uno de los cortes y caminos que se sabe de
memoria. Al margen de las versiones regrabadas con temas originales
de Morphine, uno de los pocos momentos rescatados del disco fue
“Different”, un tema de Jeremy Lyons con reminiscencias al
“Whitin you without you” beatle.
En “I'm free now”,
Conway y Deupree invirtieron sus lugares y fue Billy el que quedó a
cargo de la batería, mientras Jerome fue a la percusión. Dana
Colley presentó a los músicos y volvió a citar a Mark Sandman como
si fuera un integrante más. Tocaron “Pulled over the car”, un
tema que de alguna manera es el emblema de esta formación, ya que se
trata del rescate de una canción no tan conocida de Morphine (The
B-Sides and Otherwise ) y que la banda usa como
distintivo. Cerraron con “Buena” y a esa altura la platea de pie
se dividía entre filmar y dejarse llevar por la potencia de una
banda que sonaba arrasadora. Volvieron para despedirse en un clima
más íntimo, con una intensa versión de “You look like rain”
que Dana Colley cantó a medias con la gente.
Excelente concierto de
unos tipos que saben que mas allá de su talento como músicos, a más
de diez años de su muerte, siguen bajo el influjo de un Mark Sandam,
que desde un manojo de canciones maravillosas, continúa acrecentando
el tamaño de leyenda. Y que a nosotros nos deja con la certeza que
la muerte temprana nos privó de un artista tan único como irremplazable.
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