El BAFICI y la música francesa se siguen dando la mano. En la edición 2008 tuvimos la oportunidad de ver por primera vez en vivo a Benjamín Biolay con dos excelentes shows en Niceto, y en esta oportunidad el honor le correspondió a su hermana, Coralie Clement. Siempre con el auspicio de la Embajada Francesa, la cita en este caso fue en el Teatro 25 e Mayo en Villa Urquiza, y con entrada gratuita.
Con su tercer trabajo recientemente editado, “Toystore”, la cantante francesa presentó su repertorio renovado, acompañada solo por una guitarra y un teclado más programaciones, lo que le permitió al concierto transitar sus 75 minutos en un clima de intimidad que favoreció el resultado final. Coralie, dueña de una voz muy suave y sugerente, tiene muy claro como moverse en el ámbito de la chanson, y saca provecho a sus tristes canciones de amor, con interpretaciones cálidas con un dejo melancólico que compenetra a la audiencia con suma facilidad.
Si bien su carrera se apoya en su hermano Benjamín Biolay, quien produjo todos sus discos y es además autor de la mayoría de las canciones, su espectro musical es mucho más acotado y el pop francés de los ’60 le sienta a la perfección, lo que la hizo merecedora de legítimas comparaciones con Francoise Hardy y Jane Birkin. El repertorio estuvo basado en “Toystore”, de donde se destacan “C'est la vie”, “Le brasier permanent”, y “La reine des pommes”. “Houlala” y “So long babylong” son dos canciones simpáticas y sumamente contagiosas, y “Share the day” (único tema cantado en inglés) una hermosísima e intensa balada. La variedad de idiomas se completó con el italiano en “Sono io”, que en el disco recibe la colaboración de Chiara Mastroianni. Y si de Chiara Mastroianni se habla, vale destacar la muy buena versión que se pudo oir de “La balade de mois de juin” que la italiana grabara en el disco del 2004 en conjunto con Benjamín Biolay, “Home”.
Como no podía ser de otra manera, Coralie hizo un recorrido también por sus dos trabajos anteriores (“Salle des pas perdeus” de 2002, y “Bye bye beauté” de 2005) de donde extrajo “Ca vailant la peine”, “Avec ou sans moi”, “Beau joir un pour mourir” y “L’enfer”. Hubo lugar para la bossa nova en “L’ombre et la lumiére”, y unos tibios coros del público en “Lou”. Si bien la audiencia estaba compuesta más por curiosos que por conocedores del trabajo de Coralie Clement, lo cierto es que la cantante francesa consiguió seducir paulatinamente a la gente, que aunque limitó su participación al acompañamiento con unos pocos aplausos hacia el final, se retiró complacida luego de los bises, que terminaron con la repetición del primer corte de “Toystore”, “C'est la vie”.
La sana decisión de acompañar en BAFICI con música de escucha no tan habitual por estos pagos resulta más que saludable, y es de esperar que la embajada francesa siga colaborando para seguir teniendo la oportunidad de poder ver en vivo artistas que de otra manera sería muy difícil que se den una vuelta por estas tierras.
Para cerrar, dejo el video de “C'est la vie”.
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