domingo, 17 de agosto de 2014

El Asunto en Cafe Vinilo

                Anoche era un día de estrenos. O mejor dicho, para mí era un día de estreno, así, en singular. Pero sucedió algo inesperado, cuando en una heladería en la esquina de Corrientes y Billinghurst descubrí que existe el helado de Pico Dulce. Una revelación, una utopía consumada que me dejó bien a punto y con el ánimo más en alto que nunca para el otro estreno, al que sí estaba programado, y que se trataba del debut de El Asunto en el Café Vinilo.  Minutos antes, en una  célebre taberna de picadas de Almagro, una octogenaria que debió llamar al SAME en medio de la cena, celebraba el éxito en la medición de su presión arterial con….una tabla rebosante de salames y quesos (!!!). Bizarra escena que bien pudo ser una toma descartada de “La Nona” y que yo no podía pasar por alto en este posteo.  
                Bien, este blog habla de música así que vuelvo  a lo que de verdad importa. El Asunto se trata de la reunión de cinco voces femeninas, compositoras todas, que han sabido ponerle música a estos primeros años del siglo XXI. Con diferentes historias, estilos y recorridos, pero con una vocación común por la melodía cuidada y la delicadeza vocal. Laura Ciuffo de Hamacas al Rio, Sol Fernandez de Enero será Mío, Eloísa Lopez, Paula Meijide y Carolina Pacheco y su Señorita Carolina, decidieron reunirse en un proyecto común que funciona paralelo a su actividad, pero que ayer, puesto a prueba sobre un escenario, mostró argumentos como para dejar en claro que la propuesta vale  para tener  vuelo y recorrido propio.
                La gacetilla prometía canciones “apenas intervenidas por elementos armónicos y electrónicos” y entonces uno estaba preparado de antemano para un concierto en donde la preponderancia estaría puesta en lo vocal. La curiosidad estaba entonces en cómo la suma de composiciones consumarían una unidad que le otorgue al proyecto una identidad propia y que no lo limite a una suma de “individualidades”, como diría Macaya. Y ya en la apertura con “Savasana” de Carolina, el funcionamiento empezó quedar claro. Arreglos cuidados, clima intimista, y una paleta de sonidos tenues que se modelan con la contraposición de colores que expone el tema. De allí en más cada compositora aportará dos canciones que parecieran fundirse en un crisol y que renacen guiadas por un hilo invisible que las enhebra y les da nueva identidad.
El conjunto resulta  una reunión de amigas. El nombre del proyecto remite a lo que no se puede decir, al secreto, a una especie de pacto de lo que se evita nombrar. Y en ese contexto la voz sutil, el low fi y la intimidad pareciera encontrar su mejor y lógico ambiente para expresarse. El nerviosismo confesado por Carolina en el comienzo no se notó, y en gran parte se debió al clima desestructurado que se vivió en el escenario. Comentarios entre ellas y algún chiste interno, le otorgaron al show la forma de un ensayo con público. Pero cuidado, no confundir. Porque a la hora de las canciones, cada arreglo, cada detalle minucioso, dejó en claro que estábamos ante la concreción de un proyecto maduro y trabajado.
Decía que cada una de las integrantes aporta dos canciones que, si bien fueron presentadas informando la autoría, ninguna pareció reclamar propiedad alguna. En ese sentido, el desprendimiento suma siempre y no resta nunca. Además de “Savasana”, “Luna nueva” de Paula Meijide, “Decanta” de Enero será Mío, “Abrázame” de Eloisa y “Sin decir” de Hamacas al Rio formaron parte de la primera mitad. Por sus características originales, tal vez las canciones más “desarropadas” resultan las  Eloisa y las de Sol, pero sorprendió el renacer la pegadiza melodía de “Sin decir” sobre apenas un base programada.
La segunda mitad funcionó de la misma manera. Y si bien en el ambiente se respiraba un clima más femenino que feminista, la fortaleza retratada en  “Tractor” de Señorita Carolina, introdujo en la noche la temática de la violencia de género y los femicidios. En resto de los casos (en especial en los temas de Sol y de Eloisa) las letras resultan pinturas surrealistas, o breves retazos de momentos íntimos u oníricos. Paula aporta “Hécate” en la que refiere a la Diosa de la Oscuridad y con ello una dosis de misticismo. “Un nuevo amor” de Hamacas abandona su lado bolerístico y se muestra a gusto en esa fineza vocal que la reviste.  Y para el final quedó “Espiral”, el tema que abría “Por un paisaje”, el disco de Eloisa de 2009 y que resulta una paradoja, porque el “no voy a esperar más” contrasta con la paciencia, la construcción  minuciosa, y la serenidad con las que El Asunto aborda el desafío de presentar sus canciones.
Sin negarse al pedido y sabiendo que no había más temas trabajados, esta vez la despedida fue un auténtico bis. Y como si ese vértice  de energías coincidentes guiara a su aportantes por el camino apacible que las define, la elección de “Luna nueva” resultó más que lógica. Los ciclos, el ritmo natural, la cadencia de la marea y su influjo en los ánimos dibujo un cierre ideal para la noche de presentación en público de El Asunto. Ya hay dos fechas más definidas, y el tiempo será el encargado de determinar hasta donde este remontar hermoso que presenciamos anoche, consigue tomar vuelo.






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