Anoche era un día de estrenos. O mejor dicho, para mí
era un día de estreno, así, en singular. Pero sucedió algo inesperado, cuando
en una heladería en la esquina de Corrientes y Billinghurst descubrí que existe
el helado de Pico Dulce. Una revelación, una utopía consumada que me dejó bien
a punto y con el ánimo más en alto que nunca para el otro estreno, al que sí
estaba programado, y que se trataba del debut de El Asunto en el Café Vinilo. Minutos antes, en una célebre taberna de picadas de Almagro, una
octogenaria que debió llamar al SAME en medio de la cena, celebraba el éxito en
la medición de su presión arterial con….una tabla rebosante de salames y quesos
(!!!). Bizarra escena que bien pudo ser una toma descartada de “La Nona” y que yo
no podía pasar por alto en este posteo.
Bien, este blog habla de música así que vuelvo a lo que de verdad importa. El Asunto se trata
de la reunión de cinco voces femeninas, compositoras todas, que han sabido
ponerle música a estos primeros años del siglo XXI. Con diferentes historias,
estilos y recorridos, pero con una vocación común por la melodía cuidada y la
delicadeza vocal. Laura Ciuffo de Hamacas al Rio, Sol Fernandez de Enero será
Mío, Eloísa Lopez, Paula Meijide y Carolina Pacheco y su Señorita Carolina, decidieron
reunirse en un proyecto común que funciona paralelo a su actividad, pero que
ayer, puesto a prueba sobre un escenario, mostró argumentos como para dejar en
claro que la propuesta vale para tener vuelo y recorrido propio.
La gacetilla prometía canciones “apenas intervenidas
por elementos armónicos y electrónicos” y entonces uno estaba preparado de
antemano para un concierto en donde la preponderancia estaría puesta en lo
vocal. La curiosidad estaba entonces en cómo la suma de composiciones
consumarían una unidad que le otorgue al proyecto una identidad propia y que no
lo limite a una suma de “individualidades”, como diría Macaya. Y ya en la apertura
con “Savasana” de Carolina, el funcionamiento empezó quedar claro. Arreglos
cuidados, clima intimista, y una paleta de sonidos tenues que se modelan con la
contraposición de colores que expone el tema. De allí en más cada compositora
aportará dos canciones que parecieran fundirse en un crisol y que renacen guiadas
por un hilo invisible que las enhebra y les da nueva identidad.
El
conjunto resulta una reunión de amigas. El
nombre del proyecto remite a lo que no se puede decir, al secreto, a una especie
de pacto de lo que se evita nombrar. Y en ese contexto la voz sutil, el low fi
y la intimidad pareciera encontrar su mejor y lógico ambiente para expresarse. El
nerviosismo confesado por Carolina en el comienzo no se notó, y en gran parte
se debió al clima desestructurado que se vivió en el escenario. Comentarios
entre ellas y algún chiste interno, le otorgaron al show la forma de un ensayo
con público. Pero cuidado, no confundir. Porque a la hora de las canciones,
cada arreglo, cada detalle minucioso, dejó en claro que estábamos ante la
concreción de un proyecto maduro y trabajado.
Decía
que cada una de las integrantes aporta dos canciones que, si bien fueron
presentadas informando la autoría, ninguna pareció reclamar propiedad alguna. En
ese sentido, el desprendimiento suma siempre y no resta nunca. Además de “Savasana”,
“Luna nueva” de Paula Meijide, “Decanta” de Enero será Mío, “Abrázame” de
Eloisa y “Sin decir” de Hamacas al Rio formaron parte de la primera mitad. Por
sus características originales, tal vez las canciones más “desarropadas” resultan
las Eloisa y las de Sol, pero sorprendió
el renacer la pegadiza melodía de “Sin decir” sobre apenas un base programada.
La
segunda mitad funcionó de la misma manera. Y si bien en el ambiente se
respiraba un clima más femenino que feminista, la fortaleza retratada en “Tractor” de Señorita Carolina, introdujo en
la noche la temática de la violencia de género y los femicidios. En resto de
los casos (en especial en los temas de Sol y de Eloisa) las letras resultan
pinturas surrealistas, o breves retazos de momentos íntimos u oníricos. Paula
aporta “Hécate” en la que refiere a la Diosa de la Oscuridad y con ello una dosis
de misticismo. “Un nuevo amor” de Hamacas abandona su lado bolerístico y se
muestra a gusto en esa fineza vocal que la reviste. Y para el final quedó “Espiral”, el tema que
abría “Por un paisaje”, el disco de Eloisa de 2009 y que resulta una paradoja,
porque el “no voy a esperar más” contrasta con la paciencia, la construcción minuciosa, y la serenidad con las que El
Asunto aborda el desafío de presentar sus canciones.
Sin
negarse al pedido y sabiendo que no había más temas trabajados, esta vez la
despedida fue un auténtico bis. Y como si ese vértice de energías coincidentes guiara a su
aportantes por el camino apacible que las define, la elección de “Luna nueva”
resultó más que lógica. Los ciclos, el ritmo natural, la cadencia
de la marea y su influjo en los ánimos dibujo un cierre ideal para la noche de
presentación en público de El Asunto. Ya hay dos fechas más definidas, y el
tiempo será el encargado de determinar hasta donde este remontar hermoso que
presenciamos anoche, consigue tomar vuelo.
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