
La
noche fria se prestaba para estar amuchados como de costumbre en
Niceto pero la concurrencia no pasó de nutrida. La devaluación y el
ajuste empiezan a mermar las convocatorias en los shows, y en las
redes se empiezan a multiplicar las quejas para con los precios de
las entradas. Pues bien, la cuestión fue que a la hora del show la
concurrencia era respetable, pero distaba de la que el concierto
ameritaba.

Calexico
llegó a Buenos Aires para presentar “Edge of the sun” su último
trabajo, pero la apuesta distó de reducirse a eso. Los de Tucson,
que abrieron su show con “Frontera/Tigger” y es el drama y la
desesperación del que busca salvarse cruzando la frontera aún a
riesgo de dejar la vida lo
que nos introduce en su universo.
Y enseguida sí, el último disco con “Falling from the sky”.
Para los que conocemos la carrera de la banda no nos sorprendemos
como transitan
de la cumbia a los sonidos del desierto texano.
Sabemos de
sus interminables referencias a Latinoamérica, que exceden lo
rítmico y que se expresan en canciones como “Victor Jara hands”.

Calexico
tiene una particularidad que para mí es su principal sello
distintivo: la capacidad de transportar con sus sonidos al contexto
que le dieron origen. Cuando suena el slide tiene el andar lento del
viento desértico y
cálido.
Y
las trompetas marichi
en su estridencia llevan consigo el signo de una taberna en El Paso.
La música retoma y profundiza el camino que abrieron Los Lobos y
construye un repertorio que no se define por la fusión sino por la
diversidad.
De
los temas nuevos sonaron entre otros “Bullets & rocks”,
“Cumbia de donde” (en el disco colabora Amparo Sanchez) y “Moon
never rises”. Pero hubo lugar para todo, como “Sunken waltz”(otra
vez el duro camino de alejarse de lo suyo para construir un
destino en tierra ajena) y también “Soledad (cumbia en la mar)”
de los también texanos Los Gallegos.

Para
el final, con “Inspiración” (de “Carried to dust”) y una
prolongada “Güero canelo” dejaron el escenario rápidamente con
el sello de sus tips latinoamericanos preferidos. Un
telón que se cerró veloz, las luces y la música de Bob Marley que
ganó la pista de Niceto dejaron en claro que no había lugar para un
regreso al escenario. Pero en los rostros de los músicos que
abrazados se habían despedido unos minutos antes, quedaba bien en
claro que el reencuentro ya comenzó su cuenta regresiva.